En los niños, el
desarrollo del lenguaje oral y escrito es un factor importante ya que por medio
de este se puede comunicar o interactuar con los demás. El hecho del niño no tener un lenguaje fluido tanto oral como
escrito depende de muchos órganos que intervienen en el desarrollo de este proceso, si uno de estos falla, el proceso
se ve afectado y el niño comienza a presentar dificultad al momento de querer
emprender su proceso cognitivo, social y cultural. Por ello, uno de los tópicos más importantes en la
investigación y detección de las dificultades lingüísticas es el estudio de las
alteraciones del lenguaje que pueden comprometer, tanto la comprensión como la
producción oral.
Las patologías del lenguaje, se refieren a
los trastornos o desórdenes del lenguaje, por lo cual se considera que el
docente necesita desarrollar un sentido
de observación y análisis de los síntomas, para lograr identificarlos dentro de
las aulas de clases[1].
La
comprensión lectora permite a los niños mantener un buen desempeño académico,
además que eleva el nivel cognitivo y le permite desenvolverse en cualquier
escenario que se le presente, es capaz de producir conocimientos de manera ágil
y oportuna llevándolo al éxito en cualquier profesión u oficio que este quiera
emprender. Las patología del lenguaje
impiden que el niño desarrolle su potencial cognitivo de la mejor manera y esto se ve reflejado en
su rendimiento académico, social y cultural pues todos estos van integrado y si
uno falla todos los demás se ven afectado.
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